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6 julio 2010
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15:22
Exportar "paz y democracia". provoca. Destrucción, muertos, heridos. Sangre, trozos de carne humana.
| 18-02-2010 |
Carta abierta del enfermero jefe del hospital
de Emergency en Laskargah
Vergüenza.
Es lo que sentimos todos aquí en el hospital del Emergency en Lashkargah, Afganistán, tras el comienzo de la enésima "gran operación militar", que siempre es la más grande...
Un profundo sentido de vergüenza por lo que la guerra, cualquier guerra, provoca. Destrucción, muertos, heridos. Sangre, trozos de carne humana. Gritos feroces y desesperados. No provoca nada más.
Sin embargo, hay quien sigue pensando que es una buena manera de exportar "paz y democracia".
De hecho, a Said Rahman, conocido "insurgente" de la zona, fue paz lo que le llevaron, pero paz eterna. Le hirieron con un proyectil en pleno pecho, a primera hora de la mañana, mientras estaba en su jardín.
No estaba patrullando la zona, no estaba combatiendo, no estaba mirando a nadie.
Ni siquiera vio de dónde le llegaba el proyectil que tiene todavía en el cuerpo y que le ha perforado el pulmón derecho. Sólo sintió como una gran quemadura y luego se desmayó de dolor.
Lo trajeron en helicóptero hasta Lashkargah los mismos helicópteros que antes habían disparado, luego lo condujeron en ambulancia hasta nuestro centro quirúrgico para víctimas civiles de la guerra. Estaba bastante inestable, pero tenía un nuevo osito de peluche, recién estrenado, regalo de la democracia.
Parecía que tuviera una joroba, de toda la sangre que se le había acumulado en la espalda.
Fue operado inmediatamente, se le pusieron dos drenajes torácicos casi más grandes que él.
Y es que el conocido "insurgente" tiene siete años.
Siete.
Esta es la "gran operación militar". La más grande.
Qué vergüenza.
Matteo Dell'Aira es enfermero jefe del hospital de Emergency en Lashkargah, Helmand.
Es lo que sentimos todos aquí en el hospital del Emergency en Lashkargah, Afganistán, tras el comienzo de la enésima "gran operación militar", que siempre es la más grande...
Un profundo sentido de vergüenza por lo que la guerra, cualquier guerra, provoca. Destrucción, muertos, heridos. Sangre, trozos de carne humana. Gritos feroces y desesperados. No provoca nada más.
Sin embargo, hay quien sigue pensando que es una buena manera de exportar "paz y democracia".
De hecho, a Said Rahman, conocido "insurgente" de la zona, fue paz lo que le llevaron, pero paz eterna. Le hirieron con un proyectil en pleno pecho, a primera hora de la mañana, mientras estaba en su jardín.
No estaba patrullando la zona, no estaba combatiendo, no estaba mirando a nadie.
Ni siquiera vio de dónde le llegaba el proyectil que tiene todavía en el cuerpo y que le ha perforado el pulmón derecho. Sólo sintió como una gran quemadura y luego se desmayó de dolor.
Lo trajeron en helicóptero hasta Lashkargah los mismos helicópteros que antes habían disparado, luego lo condujeron en ambulancia hasta nuestro centro quirúrgico para víctimas civiles de la guerra. Estaba bastante inestable, pero tenía un nuevo osito de peluche, recién estrenado, regalo de la democracia.
Parecía que tuviera una joroba, de toda la sangre que se le había acumulado en la espalda.
Fue operado inmediatamente, se le pusieron dos drenajes torácicos casi más grandes que él.
Y es que el conocido "insurgente" tiene siete años.
Siete.
Esta es la "gran operación militar". La más grande.
Qué vergüenza.
Matteo Dell'Aira es enfermero jefe del hospital de Emergency en Lashkargah, Helmand.
Los acusan de complot para asesinar al gobernador de Helmand
Detenidos en Lashkargah (Afganistán) tres operadores italianos de la ONG "Emergency"
Tres operadores italianos del hospital de emergencia en Lashkar Gah-, en la provincia sureña de Helmand, fueron detenidos por las fuerzas de seguridad afganas y las tropas británicas de ISAF. Los acusan de estar involucrados en un complot para organizar ataques suicidas y asesinar al gobernador, Gulab Mangal.
Los tres italianos son Marco Garatti, médico coordinador del proyecto en el Afganistán, Mateo Dell'Aira, enfermero jefe del hospital de Lashkargah, y Matteo Pagani, encargado de logística del mismo hospital.
Junto con ellos fueron detenidos otros seis empleados afganos del hospital.
Según Daud Ahmadi, portavoz del gobernador de Helmand, las fuerzas de seguridad que irrumpieron en el Hospital de Emergency encontraron en el almacén del hospital chalecos explosivos, granadas y armas de fuego.
Nadie sabe dónde se encuentran los nueve detenidos. La sede milanesa de la ONG no ha conseguido todavía hablar con ellos.
La reacción de Emergency
"Cuando intentamos llamar al teléfono de uno de nuestros operadores - dijo Maso Notarianni, director de Comunicación de Emergency - respondió un hombre que se presentó como perteneciente a las "fuerzas británicas de ISAF", el cual nos asegúró que los italianos estaban con él y que se encontraban bien, aunque no nos los pasó".
"La acusación de conspiración o de favorecer una acción violenta es absolutamente ridícula", dijo Notarianni. "Cualquier persona, cualquier afgano común y corriente, se reiría si le dijeran que un miembro del personal de Emergency ha tratado de tramar un complot para cualquier cosa". Esperamos que el Ministro [de Exteriores italiano] Frattini haga que liberen de inmediato a nuestros médicos, y exija que la situación vuelva a la normalidad. El hospital de Lashkargah opera en una situación difícil en la provincia de Helman, donde desde hace semanas se está llevando a cabo una operación militar que ha afectado a muchos civiles, que a menudo no podían recibir ninguna ayuda."
El Ministerio de Exteriores, por su parte, "reitera la línea de rigor absoluto del gobierno italiano en contra de cualquier actividad de apoyo directo o indirecto al terrorismo en Afganistán, igual que en cualquier otro lugar" y que "los médicos italianos detenidos trabajan en una institución humanitaria que no se remite ni directa ni indirectamente a las actividades financiadas por la Cooperación Italiana."
Las palabras de Gino Strada
Para Gino Strada, fundador de Emergency, "las acusaciones son tan disparatadas que no cabe siquiera tenerlas en cuenta. Espero que no haya quien caiga en ello: es como si en Italia se corriera la voz de que Don Ciotti [fundador de la asociación antimafia LIbera] está tramando para matar al Papa, y pido disculpas a mi amigo por este ejemplo. Es verdad - añadió Strada - que el proyecto que lleva a cabo Emergency en Afganistán no está financiado por la Cooperación, pero recibió la 'visto bueno' "del Ministerio de Relaciones Exteriores, término técnico para decir que el Ministerio reconoce ese proyecto y lo avala, por lo que no es cierto que se puedan desmarcar". En cuanto a las armas encontradas en el hospital, Strada dijo: "No lo puedo excluir, como no se puede excluir que una persona pueda entrar con un arma en cualquier hospital italiano".
"Emergency en Afganistán, especialmente en esa región, es un testigo incómodo de lo que hacen las fuerzas de ocupación", dice Strada. "Somos incómodos porque denunciamos que se impedía atender a los civiles heridos en la reciente campaña de ataques en que las mujeres y los niños lo pasaron muy mal. Hay muchos participando en la ocupación militar en esta zona; entre ellos, los italianos."
Los tres italianos son Marco Garatti, médico coordinador del proyecto en el Afganistán, Mateo Dell'Aira, enfermero jefe del hospital de Lashkargah, y Matteo Pagani, encargado de logística del mismo hospital.
Junto con ellos fueron detenidos otros seis empleados afganos del hospital.
Según Daud Ahmadi, portavoz del gobernador de Helmand, las fuerzas de seguridad que irrumpieron en el Hospital de Emergency encontraron en el almacén del hospital chalecos explosivos, granadas y armas de fuego.
Nadie sabe dónde se encuentran los nueve detenidos. La sede milanesa de la ONG no ha conseguido todavía hablar con ellos.
La reacción de Emergency
"Cuando intentamos llamar al teléfono de uno de nuestros operadores - dijo Maso Notarianni, director de Comunicación de Emergency - respondió un hombre que se presentó como perteneciente a las "fuerzas británicas de ISAF", el cual nos asegúró que los italianos estaban con él y que se encontraban bien, aunque no nos los pasó".
"La acusación de conspiración o de favorecer una acción violenta es absolutamente ridícula", dijo Notarianni. "Cualquier persona, cualquier afgano común y corriente, se reiría si le dijeran que un miembro del personal de Emergency ha tratado de tramar un complot para cualquier cosa". Esperamos que el Ministro [de Exteriores italiano] Frattini haga que liberen de inmediato a nuestros médicos, y exija que la situación vuelva a la normalidad. El hospital de Lashkargah opera en una situación difícil en la provincia de Helman, donde desde hace semanas se está llevando a cabo una operación militar que ha afectado a muchos civiles, que a menudo no podían recibir ninguna ayuda."
El Ministerio de Exteriores, por su parte, "reitera la línea de rigor absoluto del gobierno italiano en contra de cualquier actividad de apoyo directo o indirecto al terrorismo en Afganistán, igual que en cualquier otro lugar" y que "los médicos italianos detenidos trabajan en una institución humanitaria que no se remite ni directa ni indirectamente a las actividades financiadas por la Cooperación Italiana."
Las palabras de Gino Strada
Para Gino Strada, fundador de Emergency, "las acusaciones son tan disparatadas que no cabe siquiera tenerlas en cuenta. Espero que no haya quien caiga en ello: es como si en Italia se corriera la voz de que Don Ciotti [fundador de la asociación antimafia LIbera] está tramando para matar al Papa, y pido disculpas a mi amigo por este ejemplo. Es verdad - añadió Strada - que el proyecto que lleva a cabo Emergency en Afganistán no está financiado por la Cooperación, pero recibió la 'visto bueno' "del Ministerio de Relaciones Exteriores, término técnico para decir que el Ministerio reconoce ese proyecto y lo avala, por lo que no es cierto que se puedan desmarcar". En cuanto a las armas encontradas en el hospital, Strada dijo: "No lo puedo excluir, como no se puede excluir que una persona pueda entrar con un arma en cualquier hospital italiano".
"Emergency en Afganistán, especialmente en esa región, es un testigo incómodo de lo que hacen las fuerzas de ocupación", dice Strada. "Somos incómodos porque denunciamos que se impedía atender a los civiles heridos en la reciente campaña de ataques en que las mujeres y los niños lo pasaron muy mal. Hay muchos participando en la ocupación militar en esta zona; entre ellos, los italianos."
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